Manteniendo mi serenidad
Alguien me explicó qué significaba mantener la serenidad de la siguiente manera: Supongamos que alguien me pide que le pase la sal durante la cena. “Por supuesto”, diría al entregarle el salero. Ahora bien, si alguien me pide que le pase la serenidad, ¿la entregaría con tanta facilidad? Lo dudo.
Sin embargo, cuando reacciono ante el comportamiento del alcohólico, eso es precisamente lo que estoy haciendo. Yo misma me pierdo y como resultado pierdo mi serenidad. La entrego automáticamente de la misma manera en que paso la sal o la pimienta.
Para mantener la serenidad debo practicar el programa. En particular debo practicar los principios que impidan que me pierda, así como los que me permitan encontrarme si me pierdo. Por ejemplo, el desprendimiento emocional me ayuda a concentrarme en el programa. También el lema “Piensa,” al cual le agrego “Detente.” Pienso que debo detenerme y pensar, con el fin de determinar lo que la otra persona me pide realmente antes de responder.
Esperanza para hoy. Pág. 24