Retirándome de batallas
Sea como sea, nadie tiene derecho a maltratar físicamente a nadie. Tuve que separar mi propio comportamiento del que abusó antes de poder darme cuenta de que el maltrato era problema suyo, no mío. Lo hice retirándome de batallas, a veces solo emocionalmente. Es inútil argumentar ante una enfermedad, y en este caso el maltrato es un síntoma de la enfermedad del alcoholismo.
Hablar con una persona furiosa es una pérdida de tiempo. Es mejor hablar con mi madrina Al-Anon. Corro el riesgo innecesario de ser lastimada cuando abordo la ira con ira.
…En todas nuestras acciones. Sacando provecho de las crisis – Pág. 97