
Abriendo caminos
Yo misma decidí ir a Alateen. Al principio estaba asustada, pero cuando los miembros empezaron a compartir, me di cuenta de que tenían los mismos problemas que yo. Durante cierto tiempo me fue difícil comprenderlos a todos. Creía que yo era la única en el mundo que tenía problemas, pero al mismo tiempo quería recibir ayuda.
Me animaron a seguir viniendo a las reuniones, lo cual hice. Gradualmente, empecé a comprenderme yo misma y a entender a mi familia. Mientras más entendía, más fácil era ayudarme.
Practicar el Duodécimo Paso me abrió las puertas. Descubrí un nuevo tipo de amor hacia mis padres y para conmigo misma. Hice a un lado las dificultades y empecé a tener buenas calificaciones en la escuela.
Alateen un día a la vez. Pág. 93
