Alateen llenó el vacío que había en mi corazón
Al criarme con una persona alcohólica en recuperación, sabía los nombres de los “síntomas” que teníamos antes de que entendiera de verdad la forma en que me afectaron como persona. La recuperación no se trataba de mí. Mamá era quien tenía la enfermedad, y yo tenía que ser quien le brindara apoyo.
A medida que fui creciendo, tenía muchos problemas en la escuela. Me sentía desesperada. Algo andaba mal respecto a mí. Sabía que si no lo arreglaba pronto, iba a explotar. La presión de ser “perfecta”, de ser “normal” y de “tener cabida” casi me lanza al borde de la locura.
Con el tiempo, ni siquiera provocar peleas era suficiente. No tenía palabras para describir el gran vacío que la soledad había dejado en mi pecho. Me sentía completamente vacía y la desesperación me estaba abatiendo. Unos seis meses después de que llegué a Alateen, traté de utilizar una solución permanente para solucionar un problema temporal. Afortunadamente, un amigo en Alateen me llamó antes de que la pudiera aplicar.
Después de tocar ese fondo, empecé a llorar, a darle importancia y a compartir en las reuniones. Finalmente dejé que el programa funcionara, y entonces lo practiqué. Alateen me salvó de mí misma, y por eso estoy eternamente agradecida. Jessica R., Kansas. The Forum, noviembre de 2012
Reimpreso con el permiso de The Forum, Al-Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia, EE. UU.