Recobrando mi ser

Antes de llegar a Al-Anon mi vida transcurría “aparentemente normal”, desempeñaba  los roles de madre, esposa, docente universitaria, pero internamente sentía que mi vida no tenía sentido, las alegrías, el buen humor y el disfrute habían desaparecido. Finalmente, los problemas con la pareja, mi compañero de vida, terminaron en un divorcio. Me refugié en mis nietos, los cuales para mí fueron mi tabla de salvación en esos momentos.

Todo lo anterior, me llevó a una situación donde se presentaron frecuentes ataques de pánico y posteriormente un cuadro depresivo. Todo esto fue muy agobiante para mí.

Luego mi hermana, cuyo esposo estaba en la última etapa de cirrosis hepática, me invitó a que asistiera a reuniones de Al-Anon. Atraída por la actitud serena que ella presentaba a pesar de estar viviendo la situación con su esposo, acepté su invitación.

Comencé a asistir a las reuniones de grupo, donde me aceptaron con amor incondicional, no me criticaron ni me juzgaron y me escucharon con atención y respeto.  Poco a poco fui serenándome, asimilando las experiencias de mis compañeros (as), aportando las mías y poniendo en práctica las herramientas del programa.

A medida que avanzaba en mi recuperación comencé a entender realmente el significado de las palabras “responsabilidad”, “límites”, “amor incondicional” y tantas otras que me hicieron comprender exactamente el origen de todos aquellos síntomas y el por qué había llegado a esa situación de angustia e intranquilidad.

Hoy en día mi agradecimiento no tiene palabras que midan su magnitud. He podido sonreír de nuevo, disfruto de todo lo que está a mí alrededor, y un día a la vez consigo lo que pensé que nunca pudiera alcanzar: paz y  serenidad en mi vida.

Continúo en este programa, compartiendo experiencias, fortaleza y esperanza, escuchando y aportando sugerencias, prestando un servicio que me llena día a día de amor, y a la vez, ofreciendo atención a aquellos que están abrumados por la convivencia con un familiar o amigo con problemas de alcoholismo.

Estela – Venezuela