Culpar
Muchos de los que hemos convivido con el alcoholismo llegamos a ser expertos en culparnos. Los alcohólicos de nuestra vida pueden habernos culpado por su alcoholismo o nosotros podemos haber pensado que era nuestra culpa. La culpa, ya sea que nos la impongamos o que otros nos la impongan, puede atraparnos en una caída sin fin. Podemos atascarnos fácilmente en los “si tan solo”, diciéndonos que nuestras vidas habrían sido mejores si tan solo hubiéramos hechos las cosas de otra manera. Tal vez nos hayamos convencido de que si tan solo nos hubiéramos esforzado más, pudiéramos haber prevenido los problemas del alcohólico, su enfermedad o su muerte.
Claro que desearíamos que algunos detalles de nuestra vida fueran diferentes, pero eso no significa que tengamos la capacidad de cambiarlas. Al-Anon nos ayuda a darnos cuenta de que sólo tenemos la capacidad de cambiar nosotros mismos, nuestros comportamientos y nuestras reacciones. A veces nuestras acciones influyen en el desarrollo de ciertos acontecimientos, y debemos asumir la responsabilidad de ellas; pero no somos responsables de todo. Aunque fuéramos los peores cónyuges, padres, hijos o amigos del mundo, no seríamos responsables de las acciones de los demás. Cuando asumimos la responsabilidad por el comportamiento de otras personas, les impedimos que la asuman por sí mismos.
Abramos el corazón, transformemos nuestras pérdidas. Pág. 121